La primera referencia histórica del castillo es de 1196, cuando Eximeno de Rada era su tenente, junto al castillo de Luna. Ante la guerra con Navarra fue abastecido con armas y víveres en 1288 por orden de Alfonso III. Desde 1296 perteneció a la familia de los Urrea. En 1488 pasó a sus sucesores los condes de Aranda.
En 1380 tuvo luar su episodio más desafortunado, cuando los monjes cistersienses que poseían un monastrerio junto al castillo, traicionaron a la Corona de Aragón e intentaron entregarlo al Reino de Navarra.
Como medida de castigo fue arrasado por las tropas de la Corona. Las ruinas del conjunto castillo - monasterio de la Corona se asientan sobre una explanada. Los restos están formados por dos torres cilíndricas separadas 28m. y dos iglesis romámicas.
Aunque sólo quedan restos de todo el conjunto, se pueden apreciar ambas torres, de 6 y 7m. de diámetro. Con puertas de entrada en arco semicircular con dovelas en la primera y dintel curvado en la segunda. Las dos tienen saeteras y una ventana rectanguar sobre la puerta.
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