Fue la casa natal de San Francisco Javier, el jesuita compañero de San Ignacio de Loyola. El castillo data del siglo X y fue en origen un torreón al que se la añadieron sucesivas dependencias. Sus almenas fueron demolidas por orden del cardenal Cisneros en 1516. La apariencia actual del castilloes resultado de una retauracón en 1952. En la llamada torre del Cristo se guarda un crucifijo tardogótico de interés y unas pinturas murales de la misma época que representan la Danza de la Muerte.
En los siglos XV y XVI constaba de un a enorme torre del homenaje, de planta poligonal y murallas no muy elevadas y macizas que rodeaban la residencia señorial , poligonal y de cinco pisos, adornada con guerreras almenas y el patio de armas. Más adelante se amplió con la construcción de torres separadas que se unieron al núcleo central por lienzos y murallas.
En 1625, Felipe IV instituyó el condado de Javier, título que ostentaba en 1892 la duquesa de Vistahermosa, quien emprendió la tarea de restaurar el castillo
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