Según los documentos arquitectónicos y los escritos, la primera
construcción del alcázar podría situarse cronológicamente entre finales
del siglo XIII y principios del XIV. Con la llegada de la familia
Corella, condes de Cocentaina, a la antigua construcción medieval se
añadieran elementos arquitectónicos propios de estilos más tardíos,
principalmente del renacimiento y del barroco durante los siglos XVI y
XVII.
A principios del siglo XXI nos ha quedado un edificio de
planta cuadrada con tres torres que destacan al norte, sudeste y
nordeste, en tanto que la situada al noroeste queda entre los muros del
convento.
Desde la puerta de entrada atravesando el patio hasta
la escalera se puede acceder a la primera planta. Desde el patio se
entra a la capilla de San Antonio Abad reformada por la familia Corella a
principios del siglo XVI. La capilla está presidida por el retablo
renacentista dedicado al santo realizado por el pintor de Cocentaina
Nicolás Borrás a finales del siglo XVI.
La construcción del
pórtico del patio se inició en el siglo XVII, compuesto por columnas
toscanas y arcos organizados a la manera albertiana. El mismo fue
trazado del mismo se conserva aunque no se llegó a su finalización.
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