De la existencia del castillo se tiene noticia, ya en en el mes de abril de 1202, con el nombre árabigo de castrum de Avingalbón o Avingalon. El rey aragonés Pedro II el Católico hizo donaciones de este castillo y del de Linares de Mora al obispo de Zaragoza, don Ramón de Castrocol y al Cabildo de la Seo.
Abandonado durante siglos, el patio de armas fue utilizado como cementerio hasta que se iniciaron las obras de rehabilitación.
La fortaleza, de reducidas dimensiones, se alza sobre un saliente rocoso calcáreo emplazado en el extremo occidental de la población.
Actualmente conserva parte de su fisonomía original en bastante buen estado, aunque se hayan perdido los remates almenados.
Por lo que respecta al recinto, de forma trapezoidal, es curioso observar que el muro principal tiene un trazado en z. Al patio de armas se accede a trevés de una torre-puerta tetragonal; la otra torre, de planta pentagonal y 10m. de ancho, es la del homenaje, desde la Edad Media fue la residencia ocasional de los señores de Puertomingalvo, en la actualidad, cutodia una exposición permanente de piezas etnológicas.
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