El castillo se emplaza en un lugar con gran dominío del entorno. Constó de tre recintos, aunque el de puebla se ha perdido. Conserva las defensas del castillo propiamente dicho, con entrada junto a los manantiales que suministraban agua abundante a los defensores. Ocupa la parte norte del cerro con una larga muralla con cuatro torres a intervalos de 15m, con cinco metros de altura y vestigios de cámaras defensivas en lo alto. Hay también diversos restos de construcciones del recinto interno, cimientos, muros y parte de la torre del homenaje.
Aunque tras la ocupación de la zona por Alfonso VIII, en 1213, se construyó como municipio independiente. pasó pronto a formar parte de alfoz del concejo de Alcaraz, convitiéndose en una de las más fuertes defensas avanzadas de la ciudad.
En 1455 tenía 58 peones para la defensa de su castillo; momento en el que fue nombrado alcalde Rodrigo Gamís, enviado desde Alcaraz por el peligro de una inminente razía musulmana, que saqueó los campos pero que no se atrevió a atacar ninguno de los lugarea importantes.
El marqués de Villena se apoeró de ella, en los turbulentos tiempos de Enrique IV, pero los vecinos se rebelaron contra el alcaide, Alonso de Montoya, por sus desmanes y sitiaron la fortaleza, les envió Pedro Manrique 150 peones de ayuda y alguos caballeros, llegando después artillería.
Tras diez meses de asedio, su alcaide la rindió a cambio de 250000 maravedíes y la libre salida de sus hombres. Los Reyes Católicos la cederán al conde de Paredes, don Pedro Manrique, que había posibilitado con sus hombres y armas su recuperación.
En su interio alberga el cementerio.
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