El Castillo de Vélez Blanco es un ejemplo emblemático de la arquitectura
del Renacimiento Español. Conjuga el aspecto militar con el palaciego
en un edificio que constituye una seña de identidad para la comarca
almeriense de los Vélez.
El origen del castillo de Vélez-Blanco se remonta a la época medieval,
pero la obra señorial iniciada en 1506 ocasionó la práctica destrucción
de la fortaleza anterior para adecuarse a las nuevas exigencias
defensivas y representativas de los nuevos señores castellanos.
Mandado construir por Don Pedro Fajardo, primer Marqués de los Vélez,
sobre una antigua alcazaba musulmana. La obra duró desde 1506 hasta
1515. El castillo se concibe como una fortaleza al exterior, pero con la
distribución y función interiores de un palacio. El estilo renacentista
que se adopta en la construcción simboliza los nuevos tiempos y es más
acorde con los paradigmas italianos, rompiendo con el gótico, más usado
en arquitectura religiosa.
El castillo, con una superficie de casi 2.500 cuadrados, está formado por dos construcciones unidas por un
puente levadizo que constituye la entrada al segundo recinto. El primer
espacio, levantado sobre la antigua alcazaba islámica, es una
fortificación cuadrangular de formas extremadamente simples y cierto
potencial artillero. El segundo es un palacio torreado, presidido por la
Torre del Homenaje, de unos 25 metros de altura, que constituye una
estructura defensiva independiente dentro del recinto y que estaba
preparada para aislarse en caso de asedio.
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