Esta torre, que cumplía una doble función de defensa y vigilancia, debió ser construida entre 1570 y 1630, y formaba parte de un conjunto de cinco torres conocidas como los Alfaques, que fueron construidas en el siglo XVI para la defensa del litoral marítimo comprendido entre Sant Carles de la Rápita y Alcanar.
Se trata de una torre de base rectangular cuya planta baja fue agrandada posteriormente con sendos cuerpos a ambos lados, llegándose a desplazar los sillares de las esquinas originales de la torre a las esquinas de estas naves añadidas.
La puerta de acceso es adintelada y está enmarcada entre sillares de piedra, está abierta hacía el mar y parece haber sido reconstruida con posterioridad.
Sobre la puerta se conserva un matacán sobre canecillos en forma de cabeza de animal, y en uno de los muros laterales hay restos de otro.
En el primer piso hay ventanas más modernas, y la parte superior del edificio está muy dañada. La planta baja está cubierta por una bóveda de cañón apuntado, pero falta la del primer piso.
Sus muros son de mampostería, con sillares de piedras en las esquinas.
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