Situado a las afueras del pueblo, es un castillo de piedra y ladrillo, cuyo origen se remonta al siglo XIV con reformas en el siglo XV y XVI. El rey Pedro I el Cruel encerró en el a su esposa Blanca de Borbón. Juan II y Enrique IV lo poseyeron, entregándoselo este último a don Álvaro de Zuñiga. Fue posteriormente prisión del Estado. Deplanta pentagonal, tiene una magnífica torre del homenaje. Fue ampliamente restaurado en los años cincuenta y sirvió de silo. En la actualidad pertenece al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y en él se encuentra un museo de cereales.
Se eligio para su ubicación un altozano, en la confluencia de los ríos Adaja y Arevalillo. Este mismo enclave ya había alojado con anterioridad un castro ibérico y una fortaleza musulmana. Notable torre del homenaje semicircular de corte morisco. Sirvio de residencia a ilustres personajes como Isabel la Católica, Felipe II, Beatriz de Portugal.
Es una obra múdejar ininciado en piedra sillería y con aditamientos y remates de ladrillo.
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