El castillo es de planta rectangular, cuyos lienzos de muralla y
almenas, muy bien conservados, se apoyan en cubos cilíndricos dispuestos
en los ángulos y en el centro. El interior esta en ruinas. Es posible
que su origen sea romano, sólo se conservan algunos restos de
arquitectura árabe del siglo X, pues se sabe que Almanzor lo hizo
reconstruir. Alfonso VI lo reconquistó después de la ocupación de Toledo
y lo entregó para su custodia a la Orden de Calatrava. Los Reyes
Católicos hicieron de este castillo cabeza de un ducado.
El ingreso al castillo se realiza a través de una puerta que está
defendida por una ladronera sobre ménsulas, decoradas con bolas y
medillones, en frente se sitúa una tronera de palo y orbe. Sobre la
entrada se ubica el escudo de los Cárdena-Enríquez enmarcado por un
decorado alfiz.
La obra que se usa en todo el conjunto es una combinación de sillarejo, mampostería y ladrillo.
En julio del 2011 cuando lo visite se estaban realizando obras en su
interior para albergar el Museo Histórico de la Guardia Civil.
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