Su origen se remonta al siglo XII. De las cuatro torres circulares
originales sólo se conservan dos, a las que se suma la torre del
homenaje, cuadrangular y con torretas en las esquinas, que se alza en la
fachada frente al palacio. Completa el conjunto otra torre octogonal de
dos cuerpos, adosada al parador, una del homenaje de construcción
posterior y otra más, situada en el lienzo norte, dotada de una escalera
de caracol de sillares altos
La fortaleza estaba unida a las murallas de la población, aunque se
construyó un foso que la separaba de ésta. Se debe considerar que son
dos castillos en uno, fruto de las reformas del siglo XV. La
construcción del siglo XIII es de planta similar a un rectángulo con
cubos de planta circular en sus vértices, mientras que son
semicirculares los levantados para reforzar los paños.
El castillo nuevo tiene una planta que se asemeja un cuadrado. Se
edificaron cubos de planta en forma de D en tres de sus vértices. En el
el ángulo restante se realizó una torre de planta cuadrada, mucho más
robusta y menos esbelta que la torre del homenaje. Esta torre es de
cinco plantas, se remata en su terrado con un antepecho almenado, que
descansa sobre matacán compuesto de tres ordenes de medillones formando
arcos aspillerados. En cada una de sus esquinas se construyeron
escaraguaitas sobre lámpara abocelada. En ella se ve el escudo de
Fernando Álvarez de Toledo y de doña Leonor de Stúñiga, su esposa. Tuvo
en principio dos entradas una a nivel del suelo que daba acceso a una
planta baja con forjado de madera y que se suprimió por su difícil
defensa, y otra a la cual se accede desde las murallas y que da acceso a
dos plantas, más la terraza o terrado.
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