En el centro de Orellana se encuentra un bello edificio señorial, mitad fortaleza, mitad palacio ocupado todavía a mediados del siglo XIX.
Estaba construido por un cuerpo murado cuadrangular con torres cilíndricas en sus tres ángulos, mientras que en el otro se levanta la torre del homenaje de planta cuadrangular, en la actual todavía persisten algunas almenas y troneras, así como el blasón de los Orellana-Altamirano, señores de la villa.
Su primitiva configuración como casa-fuerte se lleva a cabo entre los años 1330 al 1350, aunque en el siglo XVI ya dentro de la mentalidad señorial de carácter renacentista, se incorporan importantísimas innovaciones de tipo residencial en su interior, aunque lamentablemente han desaparecido muchas de esas dependencias palaciegas, así como algunos lienzos de su primitivo recinto, por esto, entre ruinas puede verse alguna cámara cubierta con bóveda gótica de crucería, en una de ellas con escudo de los Orellana.
La galería baja del mismo se configuraba mediante cuatro arcos de medio punto por lado, sostenidos por columnas, con escudos en las albanegas. El piso alto era adintelado, formado por un solido entablamento apoyado en columnas de acusado capitel y balaustrada de fina labra renacentista cerrando el frente.
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