Hacia el siglo XV este palacio fortificado se encontraba muy ligado al castillo de Miranda del Castañar ya
que según la historia, fue mandado a construir por el Conde de Miranda
para que en él vivieran su hija y su marido, un noble de San Martín. Por
eso, a partir de esta época el pueblo pasó a llamarse San Martín del
Castañar.
Debido a las excelentes condiciones del terreno elevado, se cree que
el castillo pudo ser usado también como fortaleza defensiva, atalaya
vigía contra las incursiones musulmanas. Posteriormente sería usado como
prisión hasta que en 1834 fue ubicado dentro del recinto amurallado el
cementerio del pueblo, cuyas tumbas y lápidas se encuentran en un
magnífico estado de conservación. pero además, en esta zona es en la que
se encuentra la parte de la muralla mejor conservada, manteniendo
prácticamente intactas algunas almenas y un pequeño adarve. Actualmente
es propiedad del Ayuntamiento de la localidad y puede visitarse
libremente.
Construido en el siglo XV como residencia palaciega, del antiguo
esplendor que albergaron sus muros, todavía se conserva su impresionante
torre del homenaje y los muros de su cerca princiapal, donde se
encuentra el cementerio del pueblo. En la parte superior de la torre el
visitante puede disfrutar de un fantástico mirador que ofrece unas
vistas increíbles de todo el entorn con la espadaña de la iglesia del
pueblo presidiendo.
Además, todavía quedan restos de algunas dependencias ya desaparecidas. De la llamada «torre vieja», la que se encuentra situada más al sur, queda la parte inferior de sus cuatro muros, con un vano cerrado por arco de ladrillo. De la «torre nueva», la que se sitúa más al norte, se conservan dos lienzos con vestigios de las almenas, quedando caídos los otros dos. Entre ambas torres había un cuerpo de habitaciones del que solamente se conserva una parte del muro meridional que las unía y creaba otro cerco interior. Fuera del recinto, el antiguo patio de armas hace hoy las veces de plaza de toros de la localidad.
La entrada al castillo de San Martín del Castañar se realiza por una
poterna con un arco gótico que se encuentra bajo la torre principal, la
única que queda en pie de las dos con las que contaba la fortaleza. Y es
que, desde que dejó de usarse como fortaleza defensiva, fue decayendo y
la dejadez, el paso de los años y la erosción lo fueron llevando a un
estado de ruina del que ha ido recuperándose en los últimos años gracias
a un cuidado proceso de rehabilitación en el que se han mejorado los
accesos, colocando rampas accesibles y pasarelas de madera, y reforzando
los muros y la torre nueva que se encontraba seccionada por la caída de
un rayo a comienzos del siglo XX.
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