Las primeras referencias históricas del castillo datan del año 944. En el siglo XVI pasó a manos de la familia de los Luna, dueños de la comarca, en 1410 a manos de los Urrea otra de las
grandes familias de la Corona de Aragón, y en 1436 pertenecía a Ximeno de Urrea, una segunda rama de esta poderosa familia.
Del castillo sólo queda la torre y algunos restos englobados en el caserío. La torre, de planta rectangular y 13 por 8m. de lado, se encuentra muy transformada, ha sido despojada de sus almenas, posee dos aristas redondeadas, y en cada una de las esquinas pueden verse restos, ya muy erosionados, de las ménsulas de las cuatro buhartas que debió tener. La puerta de arco renajado y situada en altura, se encuentra en una de las caras mayores, y encima de ella destaca una ventana con arco de medio punto y remate de ladrillos.
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