domingo, 19 de febrero de 2017

CASTILLO DE BULUYA - BOLEA - HUESCA


El castillo de Bolea tiene origen musulman y fue conquistado en 1083, era conocido como Talía y Buluya y nombrado en las crónicas de al Udrí y al Razí. Está situado en lo alto de la población, por encima de la colegiata, sobre una llanura con la sierra de Gratal al fondo. Desde allí se organizó la defensa en las lindes ilergetovasconas. Tras la reconquista el castillo musulmán fue convertido en iglesia, como en muchos lugares de la región.


 
Sus restos actuales se reducen a una base rectangular de mampostería con algunos paredones de cierta altura. En el lado que mira al Este se observa el hueco de la puerta de ingreso del cual quedan algunos sillares y unas pequeñas escaleras, su interior está repleto de maleza. Un nivel más abajo está la colegiata construida con elementos que podían formar parte del castillo.


De origen musulmán y conocido por los moros como Buluya, tras la reconquista aragonesa de las plazas de Loarre o Marcuello, Bolea se convertiría en una de las principales plazas fortificadas musulmanas de la zona en el siglo XI.
El castillo formó parte de las fortificaciones defensivas del distrito de Huesca de la Marca Superior de Al-Andalus. Estuvo dotado de potencial estratégico, y tuvo importancia, pues dada su cercanía a Wasqa, la Huesca musulmana, apenas la separaban de ella 20 kilómetros, fue uno de los principales castillos que defendían los accesos a la ciudad por su parte Noroeste de posibles incursiones o ataques cristianos.


 En 1083 el rey de Aragón Sancho Ramírez conquista villa y castillo a los moros, para volver a manos musulmanas tiempo después, en fecha desconocida. Después de la reconquista aragonesa de Wasqa (la Huesca musulmana), en 1096, Bolea quedaría totalmente aislada, hasta que en septiembre de 1101, Pedro I de Aragón la asedia. Los sarracenos pedirían ayuda a los musulmanes zaragozanos. Estos serían vencidos por Aragón. En octubre del mismo año Bolea capitula.
Tras la rendición musulmana, el castillo queda a cargo de Fortún Lópe. Posteriormente se construiría una iglesia en su recinto.



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