El recinto superior ocupa la parte más alta del puntal rocoso con una
planta rectangular jalonada de torreones cúbicos que defienden los muros
y ayudan a su solidez estructural a modo de contrafuertes dada la
irregularidad del terreno, ocupando una superficie aproximada de unos 50
m por 25 m. A su vez este edificio quedaría subdividido en otros dos
sectores bien diferenciados: por un lado la plaza de armas, donde hoy se
sitúa una monumental imagen del Sagrado Corazón de Jesús, y por otro,
un espacio situado al norte donde serían ubicadas una serie de estancias
y dependencias así como el acceso a este recinto, parcialmente
destruido pero que presenta la espectacularidad de su vano con un típico
arco de herradura. Como elemento característico surgen, en las esquinas
de este cuerpo, la disposición de las torres en ángulo entrante en
lugar de las comunes torres de esquinas existentes en otras
fortificaciones.
El recinto inferior se extendería principalmente en el sector
nororiental del cerro, y está compuesto por un cinto amurallado cuyas
torres también se situaron muy próximas entre sí, dándole un aspecto
semejante a otras fortificaciones de su contexto histórico y geográfico.
Para acceder a este espacio había que sortear una serie de puertas en
recodo y pasillos dominados por diferentes torreones que guardaban
perfectamente el halo de inexpugnabilidad de la fortaleza. Destaca
también en este sector un torreón relacionado con una sima desde la que
se abastecía de agua la guarnición del castillo.
El castillo de Monteagudo remonta sus orígenes a época islámica. Las
primeras referencias documentales a esta fortificación indican su
existencia hacia 1078-1079, cuando allí fue encarcelado el rey musulmán
de Murcia Abderramán Ibn Tahir tras su destronamiento.
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