Es muy posible que sirviera de casa de recreo de una familia mora, aunque más tarde, ya en manos cristianas, se utilizó como granja o casa de campo. Durante la segunda mitad del siglo XVIII fue adquirida por el abogado Tadeo González, de ahí su nombre.
Se trata esencialmente de un esbelto edificio, ahora exento pero con restos adosados de las construcciones añadidas a lo largo de larga historia, de planta cuadrada, construido mediante fabricas de mampostería reforzadas en las esquinas con sillares.
Las fachadas dispones de pocos huecos, cuestión directamente relacionada con su carácter inicial de torre fortificada, ubicando el acceso principal en la cara norte y junto al camino de acceso. Tiene tres plantas rematadas la primera de ellas con bóveda de cañón, la segunda con viguetas de madera y revoltones cerámicos, y la tercera con una curiosa cubierta piramidal a cuatro aguas de madera, ladrillos y tejas cerámicas.
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