El castillo de Paradilla del Alcor y su recinto murado se encuentran en
la llanura de Campos, junto a un pequeño barranco. Su emplazamiento no
parece tener mucha importancia estratégica, pudiendo ser una
fortificación rural para proteger la explotación agrícola.
Sus orígenes se remontan a la época de la Reconquista, pero lo que hoy
puede verse es de época posterior, ya que en 1485 Diego de Guevara
repara y reedifica el castillo, lo que provoca la queja de la ciudad de
Palencia ante la Corona, protesta que no prospera.
Consta de un edificio almenado de planta cuadrada y una altura de dos
pisos. En una de las esquinas tiene un torreón circular algo más alto
que el resto del conjunto. El edificio está muy reformado, mezclando en
su construcción desde mampostería a buena piedra de sillería. La antigua
entrada se realizaba por medio de una pequeña puerta ojival situada
junto a la derecha del torreón y protegida por una ladronera situada en
la vertical. El acceso actual se hace por una puerta abierta en el
frente principal, fruto de una reforma posterior, al igual que el balcón
que se abre encima de ella y sobre el que aparece un reloj de sol.
El torreón, con una base maciza, tiene en su segundo piso una bóveda de
sillería. Sobre las almenas se apoya un tejado, muy deteriorado, lo que
ha provocado el derrumbe de parte de estas. Los accesos a la primera y
segunda planta se realizan desde el interior del edificio. En el segundo
piso, en la parte correspondiente a la fachada principal, se conserva
una ventaja enrejada.
Las almenas del edificio fueron cegadas para cubrirlo con un tejado del
que aún se aprecian restos. En los últimos años se ha derrumbado la
fachada norte, gran parte de la fachada este y parte de la oeste, por lo
que se han perdido los restos de una segunda ladronera existente en la
esquina opuesta al torreón, así como varias ventanas, troneras y
saeteras. Igualmente se ha perdido su pequeño patio interior con
columnas octogonales.
Rodea al castillo un recinto de mampostería de extensión irregular y
escaso valor defensivo, cuya entrada principal a través de un arco de
medio punto está flanqueada por dos torrecillas rematadas con una doble
ménsula. Sobre la puerta hay un escudo desgastado, con la fecha 1607,
que puede ser la fecha de las obras de reforma del recinto y que
corresponde a los apellidos Salcedo, Guevara, Rojas y Porras.
En la parte posterior una segunda puerta, con arco de medio punto, pudo
dar acceso a un foso hoy cegado. Dentro de este recinto, existe otro más
pequeño situado delante de la fachada principal del castillo.
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