Fortaleza asentada sobre vestigios íberos (oppidum ibérico) y romanos
con carácter árabe como posteriormente medieval y residencia señorial
en los siglos XV y XVI, datación de su actual configuración.
Desde su emplazamiento domina toda la villa y un magnífico horizonte
sobre todo el valle del Río Guadalbullón otorgándole gran importancia
estratégica en la zona.
En la época de dominación árabe, La Guardia fue capital de la Cora hasta
su trasladado a la actual capital, Jaén (Yayyan) en el emirato de
Abderramán II y volviéndola a denominar como “Mantissa”.
Fue entonces cuando se construyó su enorme castillo, siglo VII, siendo una de las primeras fortificaciones árabes de la península la cual soportó numerosos conflictos bélicos entre diversos clanes árabes.
Durante La Reconquista y desde que la conquistara Fernando III “El
Santo” en 1244, La Guardia fue intermitentemente árabe y cristiana, el
castillo y su importante posición fue codiciado por unos y otros para
defender las incursiones moras del vecino Reino de Granada hacía Jaén en
un caso o avanzadilla de dichas incursiones en otro.
Se dice que a la espalda del castillo (actual Paseo del Castillo, en la falda del cerro San Cristóbal) se dio una de las batallas más cruentas de la zona donde el famoso obispo de Jaén, Gonzalo de Zúñiga, perdió la vida y donde más tarde también cayó el caudillo musulmán Reduán.
Con la conquista del Reino de Granada, La Guardia, su castillo y su posición privilegiada pierden importancia en favor de la capital, Jaén, para en 1465 ser cedida en señorío a la casa de “Messía Carrillo“.
Siendo desde entonces una residencia de los señores de La Guardia, es
dicha configuración la que podemos encontrar en la actualidad incluyendo
el incendio en 1812 que las tropas francesas provocaron en la
fortificación. Entre los desastres de la quema se encuentra la
incineración de la nueva iglesia emplazada al lado de la puerta
principal de la que apenas queda un campanario medio derruido y parte de
la bóveda de la capilla.
Además, se conservan varias torres cuadradas y una circular, siendo de éstas muy notable la plaza de armas (Torre del Homenaje) con una elevación aproximada de 35 metros
desde el interior del castillo, construida prácticamente sobre el
precipicio de la zona Este hacía Jaén desde el que se eleva a
prácticamente el doble de altura.
En sus muros aparecen adosados dos escudos de piedra, blasón de la familia del primer señor de la villa.
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