Del castillo no queda más que la torre del homenaje que aunque parcialmente alterada en su aspecto original, ha sido satisfactoriamente rehabilitada, ofreciendo un impecable aspecto y, albergando dos salas de exposiciones.
La torre es de fuerte construcción, su planta es cuadrada, de 13,35 por 13,90 m. de lado, tiene forma de pirámide truncada una altura de 22m., repartida en cinco pisos y una terraza. Cada piso está cubierto por tres bóvedas de cañón. En las cuatro esquinas de la terraza destacan sendas almenas piramidales con la cruz de la orden hospitalaria de ocho puntas en representación de las buenaventurazas, y el murciélago. La puerta principal se encuentra en el primer piso está enmarcada por grandes piedras. Antiguamente el acceso se hacía por medio de una escalera levadiza de madera, siendo la que hoy existe, la que se instaló con motivo de la restauración del edificio en el año 1973.
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