Esta
fortaleza fue una de las principales que se construyó en la zona frente
al río Molina. Estuvo en manos de los unionistas en 1347 y fue atacado
por los castellanos durante la guerra de los dos Pedros. Así mismo en
1449 fue asediado por la cualición de nobles dirigida por el condestable
Álvaro de Luna, capitaneado por Gómez de Carrillo.
Los restos del castillo no son de grandes dimensiones, aunque estaba
fuertemente defendido. Tenía una estructura muy robusta, con una planta
rectangular de 25 por 20m., con torreones de planta cuadrada reforzadas
en las esquinas.
Conservándose los dos que defendían el lado. Ambas presentan un característico color rojizo, hechas de buena mampostería reforzada con sillares. Ha
perdido el remate almenado, pero conservan parte de sus saeteras. Las
otras dos torres están muy deterioradas. En una ubicación un poco más
baja hay vestigios de un torreón cuadrado que pudo ser una albarrana.
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