La ribera del Manubles fue siempre escenario de gestas guerras, por ser valle de penetración entre la tierras aragonesas y castellanas. En consecuencia, Torrijo sufrió en su propia carne la guerra de los Pedros. Por entonces la defensa se organizó desde el airoso castillo situado en la cota máxima del pueblo, sobre asperas peñas. Su posición estratégica podía valorarse más que la robustez de la propia fortaleza, constriuda a base de tapial.
Tenía planta alargada, de unos 40m. de longitud, con torre rectangular de 7m. de altura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario