La fortificación se halla situada sobre una altura rocosa, en las estribaciones de la Serreta de San José, en cuyas faldas se sitúa el actual casco urbano de Calasparra.
E acceso a los restos del castillo es sencillo, pues se efectúa a pie desde el propio centro de la población, a través de un camono dotado de escaleras que ha sido acondicionado durante los últimos años.
El castillo se encuentra en fase de rehabilitación, esta íntimamente ligado a la Orden de San Juan de Jerusalén, pues fue el símbolo más evidente del poder de esta orden militar sobre tierras y gentes, controlando importantes ejes viarios y cauces fluviales, así como unas muy productivas explotaciones agrícolas.
Al parecer los orígenes de la fortificación de Calasparra se ha de remontar al siglo XII, las fuentes históricas comienzan a ofrcer datos sobre el castillo a finales del siglo siguiente. Tras la incorporación del Reino de Murcia a la corona de Castilla, y el transcurso de un tormentoso final polñitico del siglo XIII, Sancho IV, hiko de Alfonso X el Sabio, realizo la donación de Calasparra, junto a Archena y todos sus campos circundantes, a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, llamada a lo largo de la historia del Hospital, de Rodas y de Malta.
El castillo fue perdiendo importancia a lo largo del siglo XVI, hasta que durante el siglo siguiente las guarniciones y la administración dependiente de los hospitalarios fueron trasladándose al interior de la villa, por lo que los muros de la fortaleza fueron arruinándose.
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