Castillo árabe roquero que pasó a Gonzalo Lancea tras la conquista, donandolo éste a su hijo Conrado.
Es una gran torre cuadrada, con sótano y añjibe, planta primera con la entrada, segunda y tercera con cámaras y terraza defensiva. En torno a ell se conservan los restos de un recinto previo, que fue construído aprovechando los espolones rocosos en la ladera de la montaña. Conserva alguna saeteras en el recinto inferior.
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