No se tiene constancia de la construcción del castillo, pero si se sabe que existía en 1357. En esa fecha, los castellanos quemaron el pueblo sin lograr rendir el recinto fortificado. Similar situación se vivió en 1363.
El complejo fortificado está delimitado por una muralla, que cerca el espolón, protegido a modo natural por el barranco horadado por el río Ortiz. En él, se concentraba el patio, la ermita y dos torres que, adosadas a los lienzos del recinto murado, protegían la zona de más fácil acceso, aquella por la que se accedía desde la población, asentada en las faldas del promontorio.
Se trata de un recinto fortificado de planta pentagonal aunque bastante regular al adaptarse a la cumbre del monte en que se asienta. Está formado por altos muros rematado por almenas. Los muros de la muralla son de mampostería, de los que se conservan restos originales de lienzo en la zona nororiental y en la noroccidental.
El castillo de Monterde es un conjunto fortificado de tipo táctico, frecuente en las líneas fronterizas como en este caso, donde se enfrentaron durante el siglo XIV las tropas castellanas y aragonesas.
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