Cariñena estuvo fuertemente amurallada rodeada de muralla con puertas y potentes torreones. Se conserva hoy sólo uno en el extremo sudeste del recinto.
De la muralla que rodeaba la población conservada hasta el siglo XIX, queda un lienzo de mediana longitud con una puerta inserta en el mismo. A su lado se alza un torreón con las aristas reforzadas por ladrillo, es de planta rectangular de unos 12 por 9 m de lado y ha perdido altura. En la actualidad se remata con un cuerpo poligonal que forma una terraza donde al igual que sus muros se aprecian saeteras. Posee dos puertas situadas en caras opuestas, la principal se encuentra a ras del suelo mientras que la otra está en altura y comunicaba la torre con el adarve de la muralla.
El torreón es el único vestigio amurallado que Pedro IV mandó reforzar en 1357, previendo el ataque castellano que culminó en 1363 con el asalto y destrucción de la ciudad. El torreón formaba parte de un conjunto de torres defensivas que estaba integrado por: Torreón de las Santas, Torreón de la Calle Santiago, Torreón de las Sisas y Torreón de la Fuente.
El torreón de las Monjas fue sede del Archivo de la Comunidad de Aldeas de Daroca hasta 1870.
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