A mediados del siglo XIV aún no existía la torre. El lugar era de los
hijos de Pedro Díaz de Cavergina. A finales de siglo lo adquirió la
familia Sarmiento que posteriormente vende villa y castillo a Inés de
Guzmán, señora de Villalba de los Alcores y Fuensaldaña.
En 1458, compró la villa Juan Manuel, consejero de Enrique IV. A su
muerte, en 1463, le sucedió su hijo, del mismo nombre, como segundo
señor de Belmonte, contador mayor de Castilla y valido del rey Don
Felipe el Hermoso a quién sirvió en Flandes antes de su llegada a
España.
A la muerte de este rey huyó a Flandes, donde fue encarcelado por su
enfrentamiento con el rey Fernando el Católico. Carlos I lo liberó y
envíó a Roma como embajador, de donde regresó en 1523, siendo miembro
del Consejo de Estado hasta su muerte en 1543. Casado con doña Catalina
de Castilla en 1477, de sus nueve hijos destacó Pedro, obispo de León
entre 1523 y 1534, para pasar posteriormente a ser arzobispo de
Santiago.
Posteriormente perteneció a la familia Manrique, al conde de Oñate y
poco después al marqués de Montealegre, dueño de Belmonte y Meneses. El
1904 fue adquirida por varios vecinos del pueblo en la cantidad de 2.800
pesetas.
La parte más antigua de la torre fue
construida entre finales del siglo XV y principios del XVI, y su
construcción puede ser atribuida a Gómez de Isla al presentar varias
similitudes con las torres de Fuensaldaña, Peñafiel o Torrelobatón.
A la vuelta de Roma de Juan Manuel, en 1523, se realizaron
importantes obras en la torre, a la que se añadió un cuerpo más, en el
que se aprecia en el exterior un cambio de piedra utilizada. Se
añadieron los arcos diafragmas a las salas ya existentes y se prolongó
la escalera hasta el sótano interior mediante una escalera de caracol.
También en estas reformas se creó el torreón y la puerta actual de
entrada al recinto, así como las tres salas abovedadas. Todas estas
reformas se pueden atribuir a Juan de Badajoz el mozo, ya que muchos
detalles aparecen también en otras obras realizadas por este arquitecto.
El
castillo de Belmonte de Campos esta formado por una magnífica Torre del
Homenaje y restos de un recinto irregular que encierra una plataforma a
la que se accede por una puerta custodiada por un torreón circular.
La torre es cuadrada, de 20 metros de altura. Cuenta en su interior
con cuatro plantas, de las que han desaparecido los forjados de madera
correspondientes a los pisos segundo y cuarto. Estos forjados se
apoyaban en arcos rebajados que les servían de soporte. Una bóveda de
cañón separa el segundo piso del tercero. Por último la cuarta planta se
cubre con una bóveda de crucería.
El acceso se
realizaba inicialmente por medio de una estrecha puerta elevada con arco
apuntado, a la altura del tercer piso, y que hoy se encuentra tapiada
al haberse abierto otro acceso en la segunda planta, que comunica por
medio de tres tramos de escaleras con la planta inferior. Ambas entradas
se encuentran en la fachada este.
La comunicación entre las plantas superiores se realiza por medio de
una escalera de tramos rectos abovedados alrededor de un machón cuadrado
que contaba con numerosas puertas a diversos niveles.
Una
construcción posterior, con aspecto cilíndrico y que contiene en su
interior una escalera de caracol, comunica la primera planta con la
segunda, adosándose lateralmente al acceso original a este piso. Esta
planta inferior cuenta únicamente con una aspillera, mientras que
existen dos en el segundo piso.
La primitiva entrada de
la torre, se encuentra tapiada como se ha comentado anteriormente. Aún
se ven los goznes sobre los que giraba la puerta y el hueco en el muro, a
su derecha, donde se ocultaba la tranca con la que se aseguraba la
misma. Subiendo tres peldaños, en el descansillo de la escalera, existe
una aspillera.
Descendiendo tres escalones comunicaba
directamente con la tercera planta, en la que se observa un ventanal con
rejas y asientos a ambos lados, así como una chimenea. La estancia es
de 9 metros de largo por 7 de ancho, a excepción del espacio de 2 metros
por 1 que ocupa la entrada y que corresponde con la escalera. Contaba
con una puerta de doble hoja que se podía cerrar desde el interior,
recogiéndose la tranca en el muro de la torre, a su izquierda.
El
acceso a la cuarta planta se realizaba directamente desde la tercera
por medio de una escalera situada en una esquina, a la izquierda del
ventanal, y de la que se aprecian las marcas. En la planta superior, hoy
inaccesible al haber desaparecido el piso, se encuentra un espléndido
balcón renacentista sobre una gran repisa construido con posterioridad a
la estructura de la torre, lo que se aprecia por la distinta piedra
utilizada para los sillares del último piso.
En la
parte exterior cuatro torrecillas o garitones en las esquinas arrancan
desde el cuarto piso y alojan en su interior bellas escaleras de caracol
sin pilar central (caracol de Mallorca). Son más decorativas que útiles
dada la estrechez de las escaleras, como se puede ver perfectamente al
estar una de ellas parcialmente destruida.
Cuenta con
un alto parapeto volado que une estas torrecillas, en el que las almenas
se decoran con bolas a semejanza del castillo de Turégano en Segovia.
Este parapeto se inicia por debajo del nivel de la azotea sobre
modillones y contaba con gárgolas que representaban águilas, aunque sin
utilidad aparente ya que una segunda línea de gárgolas, a mitad de
altura del parapeto y que simulan cañones, son las que realmente evacuan
el agua.
La azotea, de 13 metros por 10, está formada
por losas engarzadas entre sí, con una suave inclinación a cuatro aguas
que vierten a unos canalillos, que son los encargados de conducirlo
hasta las gárgolas y a un depósito con aliviadero.
Al
recinto adosado a la torre se accede por medio de una puerta con arco de
medio punto formado por grandes dovelas. Esta entrada estaba protegida,
a su derecha, por un torreón circular en el que se ven las ménsulas
donde se apoyaban las almenas, una tronera de buzón y una escalera de
caracol, que de no encontrarse arruinada, permitiría el acceso a la
terraza de la mencionada torre.
A la izquierda de la
puerta de entrada, un hastial de gran altura, que pudo ser parte de una
edificación palacial, presenta indicios de una construcción de tres
plantas y restos de una ventana enrejada.
Entre el
lienzo que une la torre circular con la del Homenaje, cuyas almenas
fueron destruidas en 1931, se construyeron tres grandes salas
abovedadas, lo que permitió nivelar la altura del patio del castillo. El
acceso a estas salas se realiza por medio de una escalera recta que
parte del torreón circular.
El acceso es libre, pero para ver la
torre hay que pedir la llave al Alcalde de Belmonte de Campos. Teléfono
del Ayuntamiento de Belmonte de Campos 983 720 396.
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