Desde los inicios de la conquista cristiana, el castillo y la villa de Moratalla con todas sus tierras fueron entragadas a la Orden de Santiago.
En 1942, el Ayuntamiento lo adquirio por 8500 pesetas e inicio las labores de reconstrucción, en las que se ha respetado el entorno y las características propias del castillo.
La fortaleza tiene planta poligonal y esta compuesta por cinco torreones que rodean la torre del homenaje. Ésta es muy singular por la originalidad de su estructura interior. Los muros son de mampostería con sillares de refuerzo en las esquinas. En la parte superior aparecen dos ventanas de parteluz orientadas al este y oeste ordenadas por arcos ojivales.
Unos vanos semicirculare en la parte superior del torreón, el almenado y los matacanes componen un magnífico conjunto. El interior esta cubierto por bóveda de cricería trazada por arcos diagonales que se apoyan en ménsulas.
A la segunda planta se accede por una escalera de caracol, y de ésta se pasa a una tercera mediante un pasillo de madera movible que permitía dejar incomunicado este último reducto en caso de hacerlo necesario la defensa del castillo.
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